Historia
Su luz clara y limpia, sus casas blancas y azules hacen de esta ciudad una de las más bellas de Marruecos. Por eso es un destino irresistible para un buen número de pintores y artistas. Chaouen, Xauen o Chefchaouen, denominada popularmente como el ‘pueblo azul de Marruecos’ o ‘La perla añil del norte’.
La leyenda cuenta que cuando España era territorio musulmán, Mulay Alí ben Rachid se enamoró de Zhora, una muchacha de Vejer de la Frontera. Cuando los cristianos los expulsaron de la Península, emigraron a Marruecos y allí, para paliar la añoranza que su amada tenía de su pueblo, el emir construyó uno a su imagen y semejanza: Chaouen, o Chefchaouen, como también se le conoce.
Chaouen fue fundada en 1741 por Moulay Ali Ben Rachid en el emplazamiento de una pequeña población bereber. Considerada una ciudad santa, gracias a las montañas que la rodean, permaneció protegida contra las incursiones extranjeras y prosperó gracias a la llegada de refugiados musulmanes de España.
Su población original estuvo compuesta sobre todo por exiliados de Al-Ándalus, tanto musulmanes como judíos, razón por la cual la parte antigua de la ciudad tiene una apariencia muy similar a la de los pueblos andaluces, con pequeñas callejuelas de trazado irregular y casas encaladas (frecuentemente con tonos azules).
El río ocupa la parte principal de la vida de sus gentes, La cascada de Ras El Maa, o cabeza de agua es el punto inicial de la ciudad, el porqué se fundo la ciudad en esa ubicación.